viernes, marzo 25, 2011

Libertad (René Magritte & Paul Êluard)


René Magritte, La Liberté de l'Esprit (1948)


Sobre mis libros de la escuela, sobre el pupitre, sobre el roble, sobre la nieve y en la arena, escribo tu nombre. Sobre las páginas leídas, sobre las páginas incólumes -piedra, papel, sangre, ceniza- escribo tu nombre. En las imágenes doradas, sobre los signos de la Corte, sobre tizonas y corazas, escribo tu nombre. Sobre el desierto y en la jungla, sobre la infancia de las voces, sobre la rama y en la gruta, escribo tu nombre. Sobre el pan blanco de los días, sobre el prodigio de la noche, sobre la flor y las vendimias, escribo tu nombre. Sobre los cielos que azulean en los estanques -muertos soles-; sobre los lagos -vivas lunas- escribo tu nombre. Sobre colinas muy remotas, sobre las alas de gorriones, sobre el molino de las sombras, escribo tu nombre. Sobre los hálitos del alba, sobre la mar y sus galeones, sobre montañas demenciales, escribo tu nombre. Sobre el vellón de los espacios y el estertor de los ciclones, sobre chubascos en el légamo, escribo tu nombre. Sobre las formas cintilantes, sobre la pátina del bronce, sobre las físicas verdades, escribo tu nombre. Sobre las rutas desveladas o senda aún sin horizonte, sobre la humana marejada, escribo tu nombre. Sobre la llama que fulgura, sobre la llama que se esconde, sobre los techos que se juntan, escribo tu nombre. Sobre la fruta en dos partida del espejismo que me acoge; en mi diván -concha vacía- escribo tu nombre. Sobre mi can goloso y tierno, sobre lo atento de su oreja, sobre su salto poco diestro, escribo tu nombre. Sobre la grada de mi puerta, sobre la loza y los arcones, sobre las ascuas de la leña, escribo tu nombre. Sobre la carne que se entrega, sobre la faz del noble amigo, sobre la mano que se estrecha, escribo tu nombre. Sobre el vitral de los secretos, sobre las bocas ya sin voces, sobre los más hondos silencios, escribo tu nombre. Sobre el albergue derruido, sobre el escombro de mi torre, sobre los muros de mi hastío, escribo tu nombre. Sobre la ausencia sin deseos, sobre mi insomne soledad, sobre los lúgubres aleros, escribo tu nombre. Sobre la calma que retorna, sobre los miedos hoy extintos, sobre el anhelo sin memoria, escribo tu nombre. Y en el poder de tu palabra, mi vida vuelve a comenzar: He renacido a tu llamada, para invocarte: LIBERTAD... Paul Êluard


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