Y abrí los ojos por la mañana y en un día como hoy me gustaría que todo se quedará estático, que el tiempo dejase de ser tiempo, que mis oídos pudieran escuchar sólo el canto de los pájaros. Hoy desperté con el presentimiento de que de nuevo iba a acontecer un nuevo reacomodo en mi vida y así fue, mi mente universal está enganchada a esta cuestiones terrenales y tan futiles de la vida que hemos creado los humanos, tan simples y tan vitales, tan burdas y tan imprescindibles tales como: pagar la renta, despedirme a la distancia del niño al que cuidaba, prepararme para conseguir un nuevo empleo, con un gato más integrado a mi familia, encontrar de nuevo la manera de a cambio de mi vida obtener dinero, dirigirme del mejor modo en este mundo.
El Domingo fui a visitar a los perros de Ricardo Pimentel y de Alin Padilla y todo mi ser se llena de esperanza. Luna su hija es una chica interesada en el cuidado de los perros y gatos, animalera pues, y me digo a mí misma, venga! que no todo está perdido. Ahí estaban perros rescatados de las calles y de perreras, en buenas manos ahora, en espera de gente (que aún existe) que con sus acciones logran mucho. Y ahí estaba Isaac con todo su miedo frente a mí. Lo bañé suavemente, cuidé no lastimarle ninguna de sus heridas, fue un baño con masaje incluido y además con hiper bonus de amor y me vine invadida de toda esa sensación por dentro. Y yo sigo siendo yo, y encontraré una manera de que mi vida, que aún se pregunta cuál es su rumbo, no olvide su esencia y siga y siga buscando la luz en la más oscura de las tinieblas. Melissa Ortiz, 7-XII-2010
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